EL CEL NO ÉS PER A TOTHOM

Pep Costa sabe por experiencia que las relaciones entre hermanos son difíciles de explicar. Las palabras no dan abasto, se pierden los matices, los códigos, el entramado de los años; tanto por lo que es preferible callar y tirar millas. Las gemelas, las grandes, siempre en discordia, hace años que no se hablan, pero una emergencia de Eva temperamental provoca la visita de la flemática Sara, con la mediación  por fuerza de Pep, que siempre tiene un ojo clavado en el retrovisor de la moto por si acaso. Estamos en septiembre de 2007 y comienza una cuenta atrás que puede cambiarlo todo.

El cel no és per a tothom recrea cuatro décadas de este juego sutil de pesos y medidas que es la vida de una familia y sus rincones. Los esfuerzos para abrirse camino a pesar de la enfermedad de un padre que sublima la afición por los aviones haciendo maquetas y los reproches de una madre que sólo refrena su acritud cuando trabaja en la peluquería. Los afanes, los sacrificios y las traiciones de los tres hijos para hacer realidad los sueños de arraigar, de volar, de huir corriendo. Son cuarenta años, también, de cambios sociales, políticos, económicos y urbanísticos de un país cuyo paisaje -tierra, mar y aire- se transforma ante los ojos del lector como un diorama en movimiento.

Marta Rojals demuestra de nuevo en su ambiciosa tercera novela que posee el genio de la lengua tanto para la descripción como para el diálogo, un talento innato para montar elocuentes estructuras narrativas y una capacidad de profundización psicológico que le permite añadir a Elia de Primavera, verano, etcétera y Ana de la otra una nueva galería de personajes cercanos y inolvidables.